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Reflexiones sobre memoria y verdad

Con un panel sobre Memoria y verdad en el que participaron el Vicerrector Académico Pedro Milos, el Presidente Ejecutivo del Instituto Democracia y Derechos Humanos de la Universidad Católica de Perú, Salomón Lerner, y la Decana de la Facultad de Psicología UAH, Elizabeth Lira, comenzó el Seminario Violencia, Memoria y Derechos Humanos en América Latina. Un enfoque multidisciplinario, organizado por el Departamento de Lengua y Literatura de la UAH.

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Pedro Milos Vicerrector Académico de la UAH.

El Vicerrector Académico de la UAH e historiador, Pedro Milos expuso sobre “Silencio y olvido en la memoria: entre la segmentación y la fragmentación”. En su presentación el académico se refirió a la importancia del olvido y el silencio en la construcción de la memoria y la identidad. “La memoria no es sólo atribución y reatribución de sentido, es una significación permanente de sentido, la memoria siempre se conjuga en el tiempo presente yo nunca me acuerdo de la misma manera  que me acordé antes. Cómo salvaguardar sentidos que son fundamentales, pero no  cancelar las posibilidades de una permanente resignificación de sentido a aquella experiencia inicial, por más traumática que haya sido.

Cuando digo memoria estoy diciendo identidad: hay identidades fracturadas, hay identidades segmentadas y más integrales. Hay un vínculo muy estrecho entre identidad y memoria. Nuestro trabajo como historiadores va en beneficio de la memoria del recuerdo, de combatir el olvido y favorecer que los silencios se vayan  transformando en recuerdos. Permite contribuir a mantener una memoria no fracturada, una memoria lo más integrada posible”, señaló el historiador.

Pedro Milos, Salomón Lerner y Elizabeth Lira.

El Doctor en Filosofía Salomón Lerner, ex Rector de la Universidad Católica de Perú (PUCP) y actual Presidente Ejecutivo del Instituto Democracia y Derechos Humanos de la PUCP reflexionó sobre las “Bases filosóficas de la búsqueda de la verdad en Perú”.

“Los peruanos deberíamos sentir responsabilidad por los hechos atroces que ocurrieron en nuestra nación, no porque hayamos participado en ello sino porque nos atañe, sentirnos concernidos y responsables por las injusticias  cometidas por los otros y que son parte de nuestra nación. Una vez conocidos los hechos atroces ya no podemos expulgarlos de nuestra conciencia…

El ejercicio del recuerdo colectivo tiene como meta que dejemos de ser presa del pasado. La memoria nos remite al pasado, pero al hacerlo tiene la facultad de orientarnos hacia el futuro. Una sociedad que se quiere pacífica y democrática, una nación de personas reconciliadas entre sí y con su propia historia, sólo puede nacer de un ejercicio valiente de esa memoria”, explicó el académico peruano.   

Finalmente, la Decana de la Facultad de Psicología, Elizabeth Lira, quien hace años asesora al Centro de Memoria Histórica de Colombia, expuso sobre el tema “Colombia: ejercicios de memoria, pactos de convivencia y construcción de la paz”, donde analizó las complejidades del conflicto en ese país y los desafíos para alcanzar la paz. “Ya nos quisiéramos en Chile o en cualquier otro país un proceso como el colombiano, donde el Estado hiciera participar a la comunidad en la reconstitución de su historia, con apoyos logísticos, con apoyo académico, con una  investigación muy sólida. Me parece a mí que eso va a dar cuenta de una manera de trabajar que no puede ser solamente reconocer la categoría de víctima sino que la vida de la gente.

Esta decisión de poner la memoria de las víctimas en el centro de este proceso es una intuición central de la tramitación del pasado que se ha decidido hacer en Colombia. A diferencia de los modelos de justicia transicional que contempla comisiones de verdad, leyes de reparación, aquí  hubo resistencia a ese modelo. Es tan grave lo que ha ocurrido que dicen: tenemos que entrar en profundidad en los pequeños pueblos, hay que estar con ellos y reconstituir su historia, no en un día,  en  varios meses y que esto se traduzca en cosas visibles, como por ejemplo, un cementerio o poder hacer un monumento o una placa. Es una iniciativa que apunta a las personas.  

La gran disputa de la memoria tiene que ver con cómo las víctimas recuperan su condición de ciudadanos y no siguen como víctimas por el resto de sus vidas. La condición de víctima tiene una connotación negativa.  Se despojó de sus derechos a una persona, se violaron sus derechos. La persona tiene  que ser reconocida en sus derechos, recuperarlos y reconstruir las relaciones sociales. Son procesos  muy complejos donde hay mucho que trabajar y discutir…” reflexionó.

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