Fuente: El Mostrador
En esta nueva entrevista, tuvimos oportunidad de dialogar con Antonia Condeza, académica de la Facultad de Educación de la Universidad Alberto Hurtado. Doctora en educación, se ha destacado por el trabajo que realiza respecto de los vínculos entre educación, naturaleza y ciudadanía socio-ecológica Actualmente, es directora del diplomado en “Educación transformadora para la ciudadanía”.
-¿Cuál es el diagnóstico que tienes de la educación chilena?
Después de décadas de mediciones ya es muy claro que tanto el sistema como el modelo educativo en nuestro país están al debe, a la vista de los mismos objetivos -múltiples y contradictorios- que se plantean. Las constantes presiones por el rendimiento y la burocracia junto con un escenario social dinámico y complejo, han tenido impactos que vemos a diario y que hoy debemos enfrentar. En las últimas décadas el sistema no ha garantizado el logro de objetivos educativos mínimos, como adquirir habilidades básicas de lectura y escritura o lograr un debate sano entre diferentes puntos de vista, incluso dentro de las mismas comunidades escolares.
A mi juicio, este escenario hace que sea necesario, al menos, sugerir una conversación sobre el fondo y plantear la necesidad de lograr acuerdos mínimos en torno a los sentidos de la educación. Por supuesto que no se trata de una conversación sencilla, se requiere dar un giro en lo que hasta
ahora ha sido relevante para el sistema. Pero estas conversaciones tienen el potencial de guiarnos en un esfuerzo de coherencia que podría impulsar círculos virtuosos para el sistema.
Un ejemplo de lo que te indico es que no podemos esperar que las políticas planteen proyectos derechamente contradictorios, por ejemplo, que los SLEP (Servicios Locales de Educación Pública) funcionen como unidades territoriales con pertinencia y relevancia, mientras desde el currículo
sigamos impulsando y validando visiones universales y hegemónicas del mundo, o cuando el profesor o profesora sigue siendo formado para la labor principal de transmitir “el lenguaje” de su disciplina. En ese sentido y, desde mi perspectiva, la falta de coherencia limita las posibilidades de
transformación y cuando la trasformación está lejos de los objetivos y prácticas de la educación, los espacios de aprendizaje dejan de ser educativos.
Sin una reflexión sobre el sentido y la coherencia del sistema, difícilmente encontraremos articulaciones que potencien procesos de transformación educativa y cultural que nos permitan abordar los desafíos actuales.
-¿Cuáles son hoy los principales problemas del país en materia de educación y cómo la escuela se vincula con ellos?
-Me parece que los problemas del país son hoy similares a los que observamos en todo el mundo y es interesante notar cómo se han ido repitiendo durante la historia. Tenemos una crisis relacionada con el reconocimiento de nuestras diferencias, la que está muy acrecentada por las desigualdades y las identidades fuertes que padecemos hoy. Ejemplos de ello son los problemas que hemos visto en términos de convivencia escolar, con las neurodivergencias, con las diversidades de género o con los temores y prejuicios frente a la diversidad cultural.
Tenemos una crisis generacional, dada la resistencia de una generación por ceder poder a la siguiente. También tenemos, por cierto, una crisis ética, en la que nos hemos acostumbrado a vivir o ignorar el horror, y en la que el valor de la vida, en sí misma, está en tela de juicio. Asimismo, vivimos una crisis relacionada con las verdades: es posible manipular información y con ello influir de forma muy rápida, específica, y simultánea en diferentes grupos, generando espacios de violencia y fractura social. Como si fuese poco vivimos una crisis socio-ecológica que, si nos detenemos a mirar un poco, evidencia un futuro mucho peor que el que nos gustaría ver. Por último, tenemos una crisis de la salud mental, que está estrechamente relacionada con las anteriores y la pérdida del sentido.
Dentro de estas múltiples crisis, la escuela está fallando en aportar alternativas u horizontes de sentido.
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