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Concurso Nacional de Anillos de Investigación en Ciencias Sociales y Humanidades 2018 de CONICYT: ¿Qué investigan y quiénes son los académicos que se lo ganaron?

Son investigadores dedicados por años a estudiar el campo de los derechos humanos, la filosofía, el rol de la mujer y el impacto del modelo neoliberal en los chilenos, lo hacen, pensando diferente desde las humanidades. Aquí sus nombres: la socióloga, Oriana Bernasconi, el filósofo Juan Manuel Garrido, la psicóloga Marcela Mandiola y el antropólogo social Miguel Pérez.

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Por Carmen Sepúlveda

Paula Barros

Paula Barros, Vicerrectora de Investigación y Postgrado UAH.

La noticia que surgió del CONICYT es que investigadores de la Universidad Alberto Hurtado se adjudicaron proyectos del Concurso Nacional de Anillos de Investigación en Ciencias Sociales y Humanidades 2018. Dos de ellos son liderados por Juan Manuel Garrido, Doctor en Filosofía de la Universidad Marc Bloch de Strasbourg y Oriana Bernasconi, doctora en sociología de la London School of Economics. En tanto, la académica de la Facultad de Economía y Negocios, Marcela Mandiola y el director de la carrera de antropología, Miguel Pérez, se ganaron investigaciones lideradas por la Pontificia Universidad Católica de Chile, de los cuales la UAH participa como institución secundaria.

RELEVANCIA DE LOS ANILLOS

La relevancia de este concurso y que haya recaído en profesores de la UAH tiene que ver, que una de las principales características de los Anillos es que se han volcado a trabajar en torno a temáticas de relevancia nacional como migraciones, educación, mediación de conflictos a través de un enfoque interdisciplinario.

Así lo explica la directora del Programa de Investigación Asociativa, Isabel Meneses: “Hemos visto que el trabajo del investigador tiene un efecto más notorio, medible y visible durante la ejecución del proyecto, cuando el conocimiento generado permea a diferentes sectores, cuando la aplicación de dicho conocimiento genera progreso en distintos aspectos de un país gracias a la expertise de los involucrados en ese desarrollo”, dice.

Para Paula Barros, Vicerrectora de Investigación y Postgrados de la Universidad Alberto Hurtado, este reconocimiento demuestra que la apuesta de la Universidad Alberto Hurtado y sus académicos de focalizarse y fortalecer su trabajo en las humanidades y en las ciencias sociales ha sido una apuesta acertada.

“Hemos sabido consolidar lo que tenemos y avanzar en la madurez de nuestros cuerpos académicos. Además, tenemos la convicción que cuando se arman grupos de trabajo aumenta la probabilidad de adjudicarse proyectos, porque los sujetos individuales se ven potenciados. Esto funciona como un puzzle, no se evalúan sólo los proyectos, sino equipos de trabajo y sus trayectorias. Eso es lo que éstas adjudicaciones logran reflejar con claridad”, dice. 

El concurso aporta 300  millones de pesos y los responsables deberán entregar resultados científicos relevantes, tanto a nivel nacional como internacional; entrenar y formar investigadores; generar, iniciar y/o consolidar instancias de transferencia de los conocimientos a entidades que puedan aplicarlos en el desarrollo de políticas públicas, ya sea en capacidades blandas, en el desarrollo de buenas prácticas, o sensibilizando a otros sectores de la sociedad frente a problemáticas sociales. Incluye, además, el desarrollo de actividades de comunicación y difusión sobre la importancia del quehacer de las ciencias sociales, junto con hacer participar a los académicos en la creación de redes con centros de estudios que tengan reconocimiento internacional.

DERECHOS HUMANOS

Oriana Bernasconi, Ph.D en Sociología por la London School of Economics and Political Science, Reino Unido. Académica e investigadora del Departamento de Sociología UAH.

La investigación “Tecnologías Políticas de la Memoria: usos y apropiaciones contemporáneos de los dispositivos de registro de pasadas violaciones a los derechos humanos”, es dirigido por Oriana Bernasconi quien explica, primero, que hay que aclarar que no es que se esté recibiendo un “apoyo” para investigar sobre derechos humanos, sino que este concurso es muy competitivo en el contexto de la obligación del Estado chileno de garantizar la investigación científica en función de su desarrollo como país.

“No basta con mejorar las carreteras, la convivencia y el respeto a la dignidad del ser humano son valores intangibles y volátiles si no garantizamos sus condiciones. En Chile las violaciones a los derechos humanos atentaron contra la unidad nacional y los crímenes que se cometieron dejaron huellas traumáticas no solo en las personas sino en las relaciones sociales. Por eso necesitamos estudiar este tema que por lo demás se investiga muy poco”, sostiene.

La destacada investigadora agrega que el financiamiento permitirá seguir promocionando el acceso y uso de la documentación que registró las violaciones a los derechos humanos perpetradas por la última dictadura en el país, más allá de sus usos tradicionales que han sido el jurídico, el de asistencia a los afectados, y el de denuncia de estos crímenes. Una línea de investigación explorará cuánto de esta documentación se está incorporando en las experiencias educativas que suceden en las aulas chilenas y de qué manera. Otra línea indagará en los usos de esta documentación para la narrativa y curatoría de los sitios de memoria y una tercera línea se abocará a examinar cómo estos acervos documentales nutren la producción literaria y audiovisual chilena. 

En tanto Elizabeth Lira, Decana de la Facultad de Psicología, Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales de Chile 2017 y una de las co investigadoras de este proyecto, sostiene que prejuiciadamente muchos piensan que los derechos humanos son temas del pasado, sin embargo, este estudio señala su actualidad y su valor como un ejercicio de colaboración entre colegas.

“A mi juicio, investigar sobre el pasado, especialmente sobre el pasado conflictivo, forma parte de nuestra responsabilidad social para garantizar una convivencia  en paz basada en el reconocimiento de los derechos de todas y todos”, sostiene.

Elizabeth Lira, Decana de la Facultad de Psicología UAH.

La Vicerrectora de Investigación y Postgrados de la UAH, Paula Barros, agrega que los derechos humanos mueven a la academia porque es un tema que no está resuelto:

“Muchos de los conflictos que están en la calle y en las casas tienen que ver con estas disyuntivas. Nuestro país ha cambiado mucho, pero sigue estando vigente esta reflexión. Siempre nos atraviesa el desafío de alcanzar el desarrollo y el crecimiento, pero resolver estos temas básicos constituye un aporte al alma de la sociedad y es la vocación de esta Universidad”, reafirma.

La visión de Barros está en la línea del compromiso ético del equipo liderado por Oriana Bernasconi: “Más allá de los objetivos de nuestros proyectos, creemos que el fortalecimiento de una cultura de respeto y protección de los derechos humanos es un tema de bien común y nos atañe a todas y todos y nos interesa incidir en esta dirección. El Programa de Investigación Interdisciplinar en Memoria y Derechos Humanos que creamos en la UAH al alero del proyecto Newton creo que es expresión de esta vocación”, concluye.

PENSAR DESDE LA FILOSOFíA

La segunda investigación que se adjudicó el concurso se titula “Producción de conocimiento en el Chile de hoy: un estudio multidisciplinario sobre el quehacer científico nacional”, dirigido por Juan Manuel Garrido, actual Director del Doctorado en Filosofía de la Universidad Alberto Hurtado.

Garrido explica que este estudio responde a preguntas tipo: ¿Cómo es que los procesos de investigación llegan a producir resultados? ¿Cómo estos procesos se adaptan a culturas epistémicas? ¿Cómo los procesos de producción de conocimiento y las culturas epistémicas son afectados por las regulaciones institucionales?

Juan Manuel Garrido, Director del Doctorado en Filosofía

“No proponemos un proyecto científico -sobre todo no proponemos hacer ciencia acerca de la ciencia-. Buscamos tomar distancia respecto de la ciencia y entender mejor la manera en que esta se construye y se institucionaliza, tanto en sus contextos propiamente disciplinares como en sus contextos sociales, económicos y culturales. Esta toma de distancia reflexiva hace que nuestro proyecto sea de humanidades, y específicamente de filosofía. Pero tiene un componente igualmente fuerte de ciencias sociales, en particular de estudios en ciencia, tecnología y sociedad (CTS), que se han transformado en una herramienta de reflexión muy sofisticada y poderosa”.

-¿Qué significa para usted recibir este apoyo de parte de CONICYT?-

-“Significa mucho para mí. En filosofía, por lo menos para las personas de mi edad, y que hemos hecho carrera en Chile (lo que no es el caso, para suerte mía, de una colega filósofa que forma parte del equipo de investigadores del proyecto) no estamos entrenados ni acostumbrados a trabajar de manera asociativa, y menos aún con un enfoque multidisciplinario. Estoy aprendiendo muchísimo de los colegas de ciencias sociales que forman parte del proyecto, disciplinas en que la experiencia de trabajo asociativo y multidisciplinario se hizo habitual hace tiempo. Este proyecto incluía también a un destacado investigador de las ciencias naturales, extraordinariamente versátil, pero ha debido abandonarnos porque acaba de ser puesto a la cabeza del nuevo Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación”.

MASCULINIDAD EN MATEMÁTICA

Marcela Mandiola, Ph.D. Management Learning and Leadership, Lancaster University, UK.

Por último, cabe destacar que Marcela Mandiola, académica de la Facultad de Economía y Negocios, y Miguel Pérez, académico de la Facultad de Ciencias Sociales forman parte del equipo de investigadores de dos proyectos adjudicados por la Pontificia Universidad Católica y de los cuales la UAH participa como institución secundaria.

Mandiola participa en la investigación “Las mujeres matemáticas en Chile. Sociología de un campo científico desde una perspectiva interdisciplinaria y de género”, proyecto que aborda la práctica de mujeres investigadores en el campo de las matemáticas: “Nuestra hipótesis es que existe un sistema de jerarquías en el campo matemático en nuestro país que puede tener influencia en la trayectoria y experiencias de las mujeres en la academia. En particular, las matemáticas que desarrollan actividades de investigación deben regirse por normas no escritas asociadas a la masculinidad en las organizaciones”, dice.

El NEOLIBERALISMO EN LO COTIDIANO

Por último, la investigación “Aspiración y vida cotidiana en contextos neoliberales: una etnografía multisituada de la formación de personas en Chile”, dirigido por Diana Espirito Santo, académica del departamento de Antropología de la PUC –donde el Investigador Titular  es Miguel Pérez, Doctor en Antropología de la Universidad de California, Berkeley y actual director de la carrera de Antropología de la UAH–, tiene por objetivo comprender las implicancias culturales del proyecto neoliberal en la vida cotidiana de los chilenos, particularmente asociado a cómo los individuos significan sus proyectos de vida y cómo en su curso vital se constituyen como personas.

“Nos enfocaremos en cuatro áreas de análisis: la familia, como instancia específica de relaciones de cuidado y de género; la vivienda, la que se sostiene en mercados al cual los individuos acceden a través de subsidios, crédito y ahorro privado; las prácticas de emprendimiento económico; las nuevas formas de espiritualidad que han emergido en las últimas décadas”, explica.

-¿Qué implica para usted este reconocimiento?-

Miguel Pérez, Director de la carrera de Antropología, Ph.D. en Antropología Social, University of California, Berkeley.

-El equipo del proyecto se compone casi exclusivamente de antropólogos y antropólogas provenientes de la PUC, la U. Católica del Norte y, en mi caso particular, de la UAH, todos quienes convergimos por nuestro interés de examinar etnográficamente los efectos cotidianos del neoliberalismo en Chile. En ese sentido, la adjudicación de este fondo es un reconocimiento a la capacidad de nuevas generaciones de antropólogos y antropólogas de analizar problemáticas contemporáneas en un ejercicio que, junto con proponer una agenda de investigación capaz de conversar con otras áreas del conocimiento, no renuncie a su identidad disciplinar”, finaliza.

Paula Barros termina diciendo que dentro del área de investigación de la Universidad Alberto Hurtado que dirige, enfrenta el nuevo desafío de dar cierta estructura y reconocimiento a los grupos de académicos que trabajan de forma asociativa.

“Queremos reconocer esa diversidad, darle cierta normativa, apoyo específico y también cierta promoción en el tiempo. Porque creemos que la Universidad puede dar un salto cualitativo en la investigación que está haciendo, justamente potenciando a sus equipos porque eso permite aumentar la productividad, formar nuevos investigadores, incrementar algunos indicadores estandarizados y posicionarnos más decididamente en la investigación en ciencias sociales y humanidades”.

 

 

 

 

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