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¿Por qué contar historias puede ser la salvación para los periodistas?

En un mundo donde se cierran revistas y diarios, la investigación periodística no se financia y la conversación pasó del papel al mundo digital, los periodistas se han visto marginados de las salas de redacción y muchos no saben qué hacer ni a dónde ir. ¿Cuál podría ser ese nuevo destino?

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Por Carmen Sepúlveda

Ginna Morelo, editora de la Unidad de Datos de El Tiempo de Colombia, y Roberto Herrscher, director del Diplomado Escritura Narrativa de no ficción de la UAH.

Le preguntamos a dos grandes del periodismo latinoamericano: Roberto Herrscher, actual director del Diplomado Escritura Narrativa de no ficción de la UAH con experiencia de más de 20 años formando periodistas en el Máster de Periodismo de la Universitat de Barcelona con la Columbia Journalism School, y Ginna Morelo, editora de la Unidad de Datos de El Tiempo de Colombia, con décadas de reporteo, Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar 2018 y ganadora del Premio Gabo 2018 en categoría cobertura con el reportaje “Venezuela a la fuga”.  

Las respuestas de ambos coinciden: la vida periodística no se agota en un medio periodístico tradicional y la buena noticia es que llegó el momento de rescatar la esencia del oficio: callejear y encontrar buenas historias para contarlas de forma impecable. Herrscher y Morelo saben del poder de los buenos relatos. Saben seducir a partir de ellos y logran el interés de los públicos que los leen, los ven y los escuchan.

Para Roberto Herrscher las historias son relevantes en el mundo actual porque son las que ayudan a la sociedad a entender por qué pasa lo que nos pasa. Las clases del diplomado que tiene a cargo en la UAH las empieza diciendo ¿De qué manera funcionan o se crean todos las  tribus y las sociedades? Y la respuesta es a través de textos míticos y textos religiosos donde explican qué pasa en el mundo o cómo tienen que comportarse las personas. “Tengo la impresión de que el periodismo tradicional cuando empezó jugaba con las historias, pero se fue alejando, se pierde por este pacto de un periodismo vinculado a tiempos que son demasiado cortos para sumergirse, pero demasiado largos para el mundo digital”, comenta.

Según el académico, otra de las razones de contar una historia es que hay hambre de leer: “Todo el tiempo me encuentro con gente que me dice: ‘ahora entiendo’, ‘ahora puedo ver al otro’, ‘ahora puedo saber qué pasa’ porque se lo explicaron contándole una historia. Explicar y contar qué pasa con los venezolanos, por ejemplo, haces que la gente diga ‘ahora sé y entiendo lo que pasa’.

Para la colombiana Ginna Morelo, que estuvo de visita en nuestro país como invitada especial en el Diplomado y en una clase de reportajes en la Escuela de Periodismo de la UAH, enfrentar el impacto de las redes sociales y la actual crisis del periodismo pasa por pensar que hay vida más allá de una sala de redacción: “hoy es el tiempo de los periodistas y no de los medios”, sostiene.

La editora de la Unidad de datos de El Tiempo cuenta que en el libro “La sociedad del cansancio” del filósofo coreano Byung-Chul an, encontró esa respuesta que necesitaba para comprender el comportamiento de lo que cotidianamente le toca observar en los nuevos equipos periodísticos digitalizados. “Este filósofo coreano dice que estamos metidos en el infierno de lo igual, que son las redes o el mundo digital, que hace que todo se piense de la misma manera. Y ahí hay un problema. Cuando me reúno con los chicos más jóvenes en El Tiempo les pido que piensen, les doy un tiempo, luego  los dejo solos y empiezan a trabajar y todo lo que producen es el infierno de lo igual, trabajan de la misma forma. Por eso el enorme reto del periodista de hoy es hacer definitivamente algo diferencial”.

Pero ¿Cómo se hace una historia verídicamente diferente?

Según Ginna Morelo lo primero es hacerse preguntas fundamentales como: ¿Esta historia local es universal? ¿Qué tanto he consumido, comprendido y estudiado el contexto para poder arriesgarme atrevidamente a explicar algo? ¿Los protagonistas que elegí para contar la historia son los mejores? “Estas tres cosas son las que inicialmente pienso cuando me quiero  meter en un rollo, que en mi caso son las realidades latinoamericanas, que son una obsesión y una preocupación que tengo”, sostiene.  

El paso siguiente ¿Cuál sería?: “Luego viene algo que me parece increíble, cuando te das cuenta que con otros lo puedes hacer mucho mejor. No eres tú el lobo solitario, el protagonista, no es esta gente súper ultra estrella que dice ‘yo tengo la verdad revelada’ o ‘yo soy el que más sé’ o ‘yo soy el que mejor escribo’. El que sabe hoy es el que está con la gente que anda en la calle y con esas personas te tienes que juntar. Y después viene el ejercicio grande de encontrar las respuestas que finalmente te acercan a explicar la realidad con mucha más fuerza”, concluye.

Ginna Morelo cuenta que el trabajo que hubo detrás de la cobertura de “Venezuela a la fuga” sumó a 27 personas que en tres meses sacaron un documental de 33 minutos, que articularon miles de datos desperdigados que hablaban de la migración venezolana y además buscaron cómo financiar este proyecto que finalmente contó con el apoyo del Instituto Prensa y Sociedad (IPYS).

El argumento para hacerlo era uno sólo: “Estamos jodidos que siendo el país que estamos al lado no esté contando esta historia con responsabilidad sino que con una mirada lastimera. Explicamos al director por qué era necesario hacerlo y ellos se preocuparon por el dinero, porque era movilizar un equipo en tres rutas, de tres países distintos. No era sencillo. Les asustó. Pero los periodistas debemos saber dónde buscar los recursos, porque hay muchas becas que apoyan el periodismo independiente y hay que saber dónde están para ir a buscarlas”, dice. Finalmente, en octubre el trabajo recibió el Premio Gabo 2018 a la mejor cobertura: “Fue muy bueno porque permitió contar cómo se pensó y permitió escuchar la retroalimentación del resultado final. Lo que tiene el Premio Gabo es que evalúan los maestros, pero un premio es una alegría efímera, hay que dejarlo ir, porque hay que seguir trabajando. Y ahí vas por otra historia”, concluye.

¿Y se puede aprender a contar estas historias reales? Tanto Morelo como Herrscher piensan que sí.

Desde 2016, se desarrolla en la UAH el Diplomado Escritura Narrativa de No Ficción del Departamento de Periodismo, un programa práctico donde los alumnos adquieren habilidades necesarias para la formulación de un tema, su investigación, escritura y posterior publicación. En este proceso, cuentan con un tutor especializado que guía el proyecto de escritura. Es una modalidad que ha crecido enormemente en América Latina en el mundo editorial contemporáneo por el interés de los lectores de  aproximación encarnada y cercana a sucesos y personajes reales de interés común. Los referentes de esta forma de contar historias periodísticas creativas son, por nombrar algunos, el francés Emmanuel Carrére, el español Javier Cercas, la argentina Leila Guerriero, el colombiano Alberto Salcedo Ramos, el mexicano Diego Enrique Osorno o en  Chile, periodistas y escritores como Mónica González, Alberto Fuguet, Alejandra Matus o Pedro Lemebel. Toda la información de este programa está en www.posgrados.uahurtado.cl

 

 

 

 

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