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Conversatorio aborda la relación entre municipio, territorio y autonomía

Participaron Rodolfo Quiroz, geógrafo y Coordinador del Departamento de Geografía de la UAH; Pablo Monje, Administrador público y académico del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile; Daniel Jadue, Sociólogo y Alcalde de Recoleta; y Esteban Valenzuela, Director del Departamento de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la UAH.

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La actividad se desarrolló el martes 18 de noviembre en el Aula Magna de la UAH a partir de un panel que contó con la participación de Pablo Monje, Administrador público y académico del Departamento de Gobierno y Gestión Pública del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile; Daniel Jadue, Sociólogo y Alcalde de Recoleta; y Esteban Valenzuela, Director del Departamento de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la UAH. El debate fue dirigido por Rodolfo Quiroz, geógrafo y Coordinador del Departamento de Geografía de la UAH.

En el encuentro se discutió acerca de la relación entre gobiernos locales institucionales versus las experiencias y prácticas políticas locales no institucionales –urbana, local, barrial- que permiten o condicionan una democratización efectiva de los intereses locales y territoriales. En ese camino se reflexionó sobre el potencial transformador que tienen los municipios entendidos dentro de una planificación urbana y social y se reconocieron los distintos avances y límites que presentan actualmente los municipios en Chile.

Las preguntas del debate versaron sobre la relación Municipio, territorio y autonomía; particularmente se profundizó en qué tipo de autonomía debiese construir un municipio acorde al derecho a la ciudad; ¿Qué elementos políticos y rupturistas son fundamentales para una alternativa municipal anclada en lo territorial? ¿Hasta dónde puede intervenir políticamente un municipio con aspiraciones transformadoras? ¿Cómo lo municipal también puede ser un momento de creación y recuperación de iniciativas populares, identitarias, micro-locales, productivas, artísticas? ¿Cómo un movimiento social y territorial puede construir un anclaje político popular y alternativo, encarando la estructura municipal? ¿Es necesario un municipio para constituir un gobierno urbano sensible a sus comunidades, atento al derecho de sus diferencias, coherente con la vida urbana y el valor de uso de los espacios públicos?

Pablo Monje reflexionó sobre la lógica histórica de los gobiernos municipales dentro del proceso de la modernización. En este contexto, destacó el carácter instrumental y escasamente participativo que definió la estructura municipal chilena desde la década del ochenta. A su vez, criticó el fuerte impulso neoliberal que envolvió la gestión municipal anclada en la distribución de subsidios y escasamente participativa. Más que reivindicar lo estrictamente municipal, una autonomía desde lo local debe partir desde la comuna: la comuna implica la gestión de lo común, la organización de lo comunitario, el reconocimiento explícito y social de los territorios subalternos. Un gobierno para la comuna y desde las prácticas territoriales sería el objetivo social por excelencia para cualquier búsqueda de autonomía local.
Daniel Jadue, por su parte, enfatizó el complejo escenario descentralizador en un sistema económico absolutamente concentrado. Lo urbano también es el resultado de la sociedad y no va existir ningún tipo de desarrollo urbano y local si no existe un cambio del modelo social, enfatizó el alcalde de Recoleta. Los problemas de gestión municipal no necesariamente responden a una escasez de recursos o de mayor autonomía, sino más bien también son resultado del modelo ultra concentrado y mercantilizado. Se debe apuntar a una mayor equidad entre los presupuestos municipales y abrir canales de participación permanentes en el tiempo. Por otro lado, Jadue destacó la participación ciudadana y la capacidad instrumental de los municipios para reconocerla y profundizarla. En ese sentido, señaló que no existe ningún obstáculo para que las decisiones relevantes de cada territorio o comuna puedan pasar por una deliberación ciudadana y los municipios sean puentes para estos procesos. No obstante, como la ley no exige participación, dichas instancias quedan abiertas según la voluntad de las administraciones de turno.

Esteban Valenzuela recalcó los avances de la comisión para la descentralización. La autonomía debe entenderse en capacidad financiera, la iniciativa política, su gestión económica. Una empresa municipal, teóricamente, podría sea más eficiente que cualquier empresa privada del mercado. Un proceso territorial coherente a la concatenación de las experiencias locales debiese producir Servicios Municipales Garantizados (SEMOG). La autonomía entonces es una fuente de múltiples ámbitos institucionales y sociales que necesariamente deben legitimarse en lo local, concluyó Valenzuela.

Rodolfo Quiroz, destacó el buen debate de la conversación. “Quedamos muy satisfechos con la actividad. De algún modo se abrió el problema de la autonomía en la ciudad, cuestión que muchas veces no se atiende críticamente. Además me parece que quedó muy claro que cualquier idea del derecho a la ciudad implica un horizonte político nuevo o que al menos no conocemos en Chile, y que los municipios más allá de las trabas y limitantes que tienen, siguen siendo un lugar privilegiado para cualquier acción política creativa y transformadora”. “En síntesis, pensar la ciudad sin implicar y vincular las grandes transformaciones sociales y económicas es una contradicción fundamental, y una dislocación que lamentablemente domina tanto en urbanistas como representantes políticos o supuestos “expertos”, pero que cada día se cuestiona más”.

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