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Daniela Ávila: “El arte es un arma peligrosa, porque te puede provocar una revolución interna”

Es mediadora en el Centro Nacional de Arte Contemporáneo de Cerrillos, espacio que fue inaugurado en 2016 con el objetivo de promover y estimular la creación, experimentación, reflexión y comprensión del arte contemporáneo chileno, en conexión con la escena latinoamericana e internacional. En ese lugar, Daniela Ávila, Licenciada en Teoría e Historia del Arte UAH, tiene la misión de activar a las comunidades que visitan el espacio, abriendo posibilidades de aprendizaje, construcción de conocimiento y experimentación en torno a las artes de la visualidad. 

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Daniela Ávila ingresó a la Universidad Alberto Hurtado por Admisión Especial, una de las distintas líneas de acceso para ser parte de esta Universidad. Estudió con gratuidad y logró retomar los estudios de Teoría e Historia del Arte que había comenzado en otra institución. A partir de las pasantías y prácticas profesionales de la carrera, pudo ser parte de distintas instituciones y organizaciones como la Corporación Chilena de Video y Artes Electrónicas, la Bienal de Artes Mediales, y en la actualidad, del Centro Nacional de Arte Contemporáneo de Cerrillos.

—A partir de tu experiencia, ¿cuál crees que es la estrategia para seguir acercando el arte contemporáneo a las personas? 

Es muy importante que las personas del campo del arte estemos conectados con el acontecer actual. Por ejemplo, saber cuánto cuesta un kilo de pan. Porque podemos estar dándole vueltas a cosas filosóficas, ¿pero cómo llegas a conectar con lo que le pasa a las personas? Frente a la crítica de que el arte es elitista, ¿qué podemos hacer? Yo creo que para responder esa pregunta, los equipos de mediación son fundamentales, porque son quienes se acercan a los públicos desde las instituciones. Se conectan con ellos, los escuchan, saben qué quieren. 

Daniela Ávila

—¿Por qué crees que el arte continúa siendo relegado detrás de otras profesiones? 

El poder transformador del arte es tremendo. Dentro de este sistema político en el que vivimos, el arte es un arma peligrosa, porque te puede provocar una revolución interna, y eso puede generar un impacto externo que puedes comunicar. Por ejemplo, que no quieres seguir trabajando en la oficina y te quieres dedicar a pintar o a cultivar. Entonces, yo creo que el arte es revolucionario, y cuando ingresas a la universidad y estudias a los griegos, te das cuenta que ellos lo posicionaban como algo muy importante para la sociedad. Eso se perdió. Entonces, ¿dónde está la fuerza humana? Muy fácil. Solo hay que calcular cuánto tiempo gastamos al día, por ejemplo, en el trabajo, en la oficina. El arte puede ser una herramienta peligrosa, pero al mismo tiempo lo más bello y lo más hermoso. 

—Dentro del diverso mundo del arte, ¿tienes líneas específicas de interés? 

Hoy en día, mi especialidad es el arte chileno y arte contemporáneo. Y de forma más específica, yo diría que tengo interés por las artistas mujeres en Chile y sobre todo en dictadura. Creo que es súper importante refrescar la historia del arte, incluir otros nombres, otras mujeres. Mi tesis de pregrado se trató sobre la obra de mujeres y artistas en el Festival Franco-Chileno de Videoarte (1981-1992), que se realizó de forma clandestina en plena dictadura con la ayuda de Francia. Allí se estaba cocinando el videoarte y los artistas tenían que lidiar con la presencia de los militares. 

Daniela Ávila

—¿Por qué recomendarías ingresar a la Licenciatura en Teoría en Historia del Arte en la Universidad Alberto Hurtado? 

La recomiendo por varias razones. Creo que, cuando uno piensa en estudiar, tiene que ser una casa de estudios sólida. El departamento cuenta con profesionales especializados, la malla está súper bien pensada para el campo disciplinar actual. No es una malla pensada hace 50 años atrás. También destaco que tiene bastante de arte chileno y latinoamericano, porque claro, tenemos herencia europea, pero estamos en Chile y probablemente los estudiantes van a trabajar acá. Entonces, esta carrera te permite estar conectado con los artistas locales, con las instituciones. 

—¿Cómo te ayudó la UAH para ingresar al mundo laboral? 

Yo empecé gracias a la pasantía de la carrera. Llegué a la Corporación Chilena de Video y Artes Electrónicas (CChV), donde tuve una muy buena experiencia, desde lo humano a lo profesional. Como yo tenía un vínculo con la corporación, me empecé a interesar por la mediación. Luego de postular a una pasantía en esa área, me di cuenta que eso era lo mío, porque cuando uno quiere estudiar algo ligado con el arte, hay un espíritu bien de artista, pero también un marco de conciencia social. Sigo ligada al arte porque, de alguna manera, quiero transmitir mensajes que tienen que ver con la capacidad de asombro, la belleza, el impacto del arte y cómo eso puede transformar tu vida. Así llegué al Centro Nacional de Arte Contemporáneo de Cerrillos. Primero como mediadora y luego como mediadora de contenidos, que tiene que ver más con los materiales educativos. 

Lee la entrevista completa en Portal Alumni UAH

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