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Conversatorio “Educación Popular: participación y transformación social”

El encuentro fue realizado en el marco de la celebración de los 50 años del Centro de Investigación y Desarrollo de la Educación (CIDE).

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“Antes fue la dictadura y ahora es el mercado, la cosa es que aún nos cuesta vincularnos entre nosotros” dijo el investigador del CIDE Juan Eduardo García- Huidobro, al comparar el escenario político social en que emergió con fuerza la Educación Popular en Chile con la realidad actual, ante la posibilidad de que esta línea de acción vuelva a impulsarse. “Creo que tiene una oportunidad en el ámbito de recomponer el tejido social”.

Estas fueron parte de las reflexiones que hicieron los participantes del conversatorio “Educación Popular: participación y transformación social”, realizado dentro del marco de la celebración de los 50 años del CIDE.

También formaron parte de la mesa el antropólogo Sergio Martinic, quien se incorporó al CIDE en los años 80 y fue su director entre el 2000 y el 2003; el sociólogo Jorge Amaro, educador popular del CIDE de los años 80 y 90 en áreas como el Programa Campesino; y el investigador Dino Pancani, quien condujo la conversación.

Los objetivos de la actividad fueron conocer el aporte del CIDE a la Educación Popular y los fundamentos y relevancia de esta línea de acción, que permitió generar espacios de participación social y de formación valórica y política. Por otra parte, se buscó reflexionar sobre sus potencialidades para el fortalecimiento de la democracia.

Analizando las causas del declive de la EP a nivel de ONG, Martinic señaló que al terminar la dictadura hubo una opción de reconstruir el Estado y los movimientos sociales hicieron una especie de acuerdo tácito para protegerlo, de apagar la voz, y algunas de estas organizaciones se reconvirtieron para hacer políticas públicas. Señaló que “lo que tiene plena vigencia es la dimensión del lenguaje como paradigma. La Educación Popular permite hacer una reflexión crítica de las categorías de pensamiento que vienen dadas desde el poder y construir nuevas categorías, nuevos saberes, actúa en el ámbito de la relación que tiene el conocimiento con el poder”.

Por su parte, el sociólogo Jorge Amaro dijo que la Educación Popular fue un gran aporte para instalar temas políticos, por ejemplo en el nivel barrial y de las organizaciones, y que la situación actual de resurgimiento de los movimientos sociales crean condiciones para generar este tipo de diálogos.

El CIDE y la Educación Popular

El CIDE fue creado con el objetivo de aportar a la Reforma a la Educación que llevó a cabo el presidente Eduardo Frei Montalva. Fue el Cardenal Raúl Silva Henríquez quien pidió a Patricio Cariola fundar este centro, para que la Iglesia Católica no se quedara abajo en este proceso.

El derrocamiento del gobierno de la Unidad Popular y la instauración de la dictadura militar, es el escenario en el que el CIDE fue readecuando su trabajo, abandonando paulatinamente la educación formal para fortalecer su accionar con organizaciones sociales y a través de las parroquias.

La Educación Popular se transformó a fines de los 70 y 80 en su principal campo de acción. Se desarrollaron programas como Padres e hijos, ¿Nos juntamos! ¿Y?, Capacitación de jóvenes desocupados y de mujeres dirigentes de organizaciones poblacionales, Educación campesina, entre muchos otros. Sus metodologías participativas y el desarrollo de material como juegos y manuales facilitaron el diálogo, la reflexión y el aprendizaje de quienes participaban en estos programas.

El profesor Jorge Zuleta, quien trabajó en el Programa de Educación Campesina en los años 80 y encabezó posteriormente el área de Educación Popular del CIDE, destaca el aporte de esta línea de acción en la formación de agentes educativos, comprometidos con la promoción de la dignidad humana en sectores poblacionales, indígenas y campesinos, a nivel nacional y latinoamericano.

“La Educación Popular fue de gran relevancia en la recomposición social de los grupos: se crearon espacios que no existían en el contexto político y que facilitaron el atreverse a hablar, a opinar políticamente, a satisfacer la necesidad de información. Posteriormente hubo un gran aporte en el proceso de preparación de las organizaciones para la obtención de la democracia a través de proyectos como la campaña de educación por las elecciones libres”, dijo Jorge Zuleta.

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