La Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo anunció los resultados del concurso “Conocimientos 2030”, que busca fortalecer las capacidades de transferencia e innovación de las universidades chilenas. En esta convocatoria, la Universidad Alberto Hurtado se adjudicó uno de los proyectos de mayor magnitud del último tiempo, orientado a fortalecer una formación común para la complejidad del mundo en que vivimos, posicionando a las humanidades, las artes y las ciencias sociales en diálogo con las tecnologías como motores de innovación y transformación social.
El proyecto que se adjudicó esta línea de financiamiento fue liderado por la actual vicerrectora Académica Antonia Larrain, quien trabajó con el vicerrector de Integración Cristóbal Madero, junto a decanos y decanas de las siete facultades de la Universidad. En la formulación de la propuesta participaron la Dirección de Innovación y Transferencia (DIT), la Dirección de Investigación y Creación Artística (DIDCA), la Dirección de Docencia y Pedagogía Universitaria (DDPU), la Dirección de Postgrado y Educación Continua (DPEC), y la Dirección de Vinculación con el Medio (VcM). También fueron parte de esta construcción académicas y académicos de las distintas unidades académicas. Es un proyecto que será implementado en conjunto por la Vicerrectoría Académica y la Vicerrectoría de Investigación e Innovación.
“Este proyecto marca una dirección estratégica para la Universidad: nos permite avanzar hacia una formación innovadora, con un modelo de punta que pretende que los y las estudiantes desarrollen competencias cruzadas de humanidades y tecnología para desenvolverse en un mundo complejo, orientados al abordaje de problemas de manera colaborativa y multidisciplinar. Se trata de una nueva manera de entender las humanidades, las ciencias sociales y el arte en su aporte a la sociedad”, explica la vicerrectora Larrain.
Este proyecto busca consolidar la propuesta académica y la mirada de futuro de la actual Rectoría: “Desde el punto de vista académico, queremos contar con un currículum distintivo y de frontera, que promueva la creatividad, colaboración y complejidad, y una carrera académica coherente que ofrezca decididas perspectivas de desarrollo, son dos ejes de trabajo para los próximos años”, agrega la vicerrectora Académica, quien asegura que, durante los seis años que dura el proyecto, “avanzaremos progresivamente en este propósito, consolidándonos como una Universidad innovadora en cuanto a su propuesta formativa y sello y creativa en cuanto a la propuesta que ofrece al sistema de educación superior”.
A diferencia de otras instituciones, la UAH no participó en la etapa n.° 1 del concurso, que consiste en un financiamiento previo para el diseño del proyecto, lo que hizo más desafiante el desarrollo del mismo y meritoria la adjudicación. Además, fue la única universidad de la Región Metropolitana que postuló de manera individual, sin alianzas externas, lo que realza el logro: “Competimos en desventaja formal, pero con una propuesta muy robusta. Haber ganado sin la etapa n.° 1 habla de la calidad e innovación del proyecto”, destaca Larrain.
Un nuevo currículum común
El eje central de este proyecto es la innovación curricular, que se permitirá instalar un área de formación común de punta para todas y todos los estudiantes de la Universidad. Este nuevo modelo busca formar profesionales capaces de abordar desafíos contemporáneos, como la crisis climática, la democracia, la migración o la transformación digital e irrupción de inteligencias artificiales generativas, desde una mirada interdisciplinaria y colaborativa.
El currículum incorporará ejes transversales en sustentabilidad, derechos humanos, espiritualidad, tecnologías digitales e innovación y emprendimiento, fortaleciendo el sello ignaciano y el compromiso social de la Universidad.
Transferencia del conocimiento con identidad jesuita
Otra dimensión clave del proyecto es su modelo de innovación y transferencia, que se articulará con las obras sociales de la Compañía de Jesús. Este enfoque permitirá conectar la formación y la investigación con los territorios, validando y escalando soluciones desde el trabajo conjunto con comunidades y organizaciones.
“Como universidad jesuita tenemos una ventaja única: las obras sociales de la Compañía de Jesús, tales como el Servicio Jesuita Migrante o Techo, por dar unos ejemplos, están profundamente insertas en los territorios. Ellas nos permiten trabajar con las personas, levantar necesidades y validar soluciones reales. Esa es nuestra diferencia y sello. Tenemos el desafío de trabajar más cercanamente para que eso pueda expresarse en nuestra formación, investigación y vinculación con el medio”, concluye la vicerrectora Antonia Larrain.
Además, esta adjudicación expresa la visión de la actual Vicerrectoría de Investigación e Innovación en distintos ejes: innovación curricular, género, innovación y transferencia, y carrera académica. De esta manera, se articula con otros proyectos estratégicos adjudicados por la UAH, como el INeS de Género, el AES para el fortalecimiento de la formación en humanidades, artes y ciencias sociales (HACS) para un mundo en transformación por la inteligencia artificial generativa Inteligencia Artificial y el FIUT (Financiamiento Estructural I+D+i Universitario Territorial), en una visión de desarrollo de innovación institucional integrada, que aporte al desarrollo docente y por supuesto a la formación de las y los estudiantes de la UAH, uno de los aspectos más relevantes de acuerdo a lo indicado por Antonia Larrain.
“Es el proyecto más grande que ha ganado la UAH en el último tiempo. Su alcance es transversal y busca dejar instalada una base formativa sólida, sostenible y con pertinencia social”, asevera la vicerrectora Académica.