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Bienvenidos al año FRIEDRICH

Fuente: El Mercurio A juicio de Sandra Accatino, directora del Departamento de Arte de la Universidad Alberto Hurtado, “uno de los elementos compositivos más singulares de las pinturas de Caspar David […]

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Sandra Accatino, académica del Departamento de Arte UAH.

Fuente: El Mercurio

A juicio de Sandra Accatino, directora del Departamento de Arte de la Universidad Alberto Hurtado, “uno de los elementos compositivos más singulares de las pinturas de Caspar David Friedrich es que ellas suelen incorporar un plano ocupado por una o más personas que nos dan la espalda mientras observan un paisaje o bien por ventanas o restos de construcciones que dejan entrever fragmentos del cielo, del mar, de unas ruinas derruidas. A través de esos espectadores representados en el interior del cuadro y de los obstáculos visuales que se interponen entre nosotros y el paisaje, Friedrich convierte a la contemplación romántica de la naturaleza en el tema de su pintura, nos invita a entrelazar la experiencia de la inmensidad de la naturaleza con el deseo de trascendencia y el anhelo de infinito del ser humano”.

A 250 años del nacimiento de Friedrich, según Accatino –autora del libro “Mirar de lejos.
Descripciones”–, las obras del pintor “nos conminan a volver a pensar en la noción de lo sublime y las relaciones de fuerza y dominio con la naturaleza a la luz de la constatación de la actual transformación de los sistemas naturales por la acción humana. A un nivel más inmediato, pero no menos importante, nos advierten sobre la importancia de la tutela del paisaje como parte de nuestro patrimonio cultural, frente a la expansión de las especulaciones inmobiliarias y de la industria del turismo”. Sandra Accatino, académica UAH.

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