Fuente: Newsletter del evento reSHAPE
La Red de Innovación Social Universitaria (RISU), actualmente compuesta por 12 universidades chilenas, busca visibilizar, conectar y fortalecer las innovaciones que emergen desde las ciencias sociales, las humanidades y las artes, reconociendo su aporte esencial para abordar los desafíos sociales, culturales y ambientales del país.
En la actualidad, RISU está enfocada en recopilar información sobre proyectos de innovación social basados en temáticas vinculadas a Humanidades, Artes y Ciencias Sociales (HACS) que se están desarrollando en sus instituciones miembros. Uno de nuestros principales objetivos es conectar a investigadores, visibilizar sus iniciativas y facilitar la transferencia de sus resultados a la sociedad. Este esfuerzo permitirá crear el primer repositorio nacional de proyectos de innovación social enfocados en HACS.
La red también busca valorar y medir el impacto social de la innovación, promoviendo metodologías de transferencia social, modelos de negocio con valor público y colaboraciones interuniversitarias que fomenten el desarrollo territorial, la equidad y el bienestar colectivo.
Tradicionalmente, la innovación ha seguido una orientación más económica que sistémica. Sin embargo, la aparición de tecnologías derivadas de investigaciones en las ciencias sociales, las humanidades y las artes ha evidenciado la necesidad de una comprensión más integrada e interdisciplinaria de la innovación, especialmente frente a las crisis globales actuales. En consecuencia, uno de los enfoques centrales de la red ha sido incorporar el impacto social como una dimensión fundamental de la innovación.
Hasta ahora, la innovación social ha sido evaluada principalmente a través de marcos ex post, como el Retorno Social de la Inversión (SROI). Aunque el SROI contribuye a comprender el valor económico de las iniciativas sociales, sigue limitado por su enfoque retrospectivo. Al priorizar resultados monetizados por sobre el análisis sistémico, no promueve mecanismos de retroalimentación continua ni de mejora constante de los proyectos.
Si bien estos modelos han fortalecido la rendición de cuentas, a menudo pasan por alto la pertinencia territorial, la participación de los actores clave y el potencial transformador de las innovaciones en sus etapas iniciales de desarrollo.
El Índice de Potencial de Impacto Social de la Innovación (IPIS) es una plataforma tecnológica accesible que entrega un reporte integral y evalúa proyectos mediante un enfoque prospectivo y sistémico, analizando cómo las iniciativas de innovación integran valor social en sus modelos de negocio y se alinean con las necesidades territoriales y del ecosistema.
Parte de la evaluación se basa en analizar el modelo de negocio como el mecanismo estructural mediante el cual la innovación genera valor —no solo económico, sino también social y territorial. A diferencia de las evaluaciones tradicionales centradas en resultados posteriores a la implementación, IPIS examina cómo cada componente del modelo de negocio (socios clave, propuesta de valor, cadena de valor, gobernanza, entre otros) contribuye a la creación de valor público y colectivo en el territorio y el ecosistema de intervención.
Además, la evaluación incorpora el nivel de preparación social (Societal Readiness Level, SRL), que mide el grado de participación de actores clave, la adopción social y la apropiación comunitaria dentro del proceso de innovación.
En conjunto, estos instrumentos entregan una perspectiva multidimensional:
- El modelo de negocio define cómo se diseña y distribuye el valor.
- El SRL evalúa quién participa y cuán preparado está el ecosistema social para adoptar y sostener la innovación.
Esta combinación permite a universidades, instituciones públicas y empresas identificar innovaciones que sean socialmente valiosas y territorialmente pertinentes, asegurando que el impacto sea medible, cocreado, legítimo y sostenible en el tiempo.
Nuestra idea es que el impacto social no se limite a proyectos paliativos, sino que esté en el corazón mismo del proyecto desde su diseño; que el negocio se conciba en torno al valor que entrega, fomentando así una innovación pertinente y generando un desarrollo real para el ecosistema.
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