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Los «pecados» de Peso Pluma

Fuente: CIPER Se ha alimentado esta semana un intenso debate sobre la presencia en el próximo Festival de Viña de una estrella juvenil mexicana cuyas canciones, según Alberto Mayol, hacen […]

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Fuente: CIPER

Se ha alimentado esta semana un intenso debate sobre la presencia en el próximo Festival de Viña de una estrella juvenil mexicana cuyas canciones, según Alberto Mayol, hacen apología de la cultura narco. En columna para CIPER, dos investigadoras en música desestiman los argumentos centrales del sociólogo, y recuerdan: «No es la vía de la censura la que logrará resolver los problemas sociales. Para no replicar la cruzada del Cardenal Medina en contra del ‘satánico’ concierto de Iron Maiden en 1992, hace falta trascender la cultura de la cancelación y sus performáticas indignaciones. Las obras artísticas tienen la potencia de visibilizar las fracturas sociales y activar el debate público, haciendo frente incluso a las realidades que preferiríamos que no existieran.»

El tono escandalizado que ha escogido esta semana Alberto Mayol para cuestionar la participación de Peso Pluma en la próxima edición del Festival de Viña («la voz del narco» llama entre otras cosas el sociólogo y académico a la estrella mexicana) ha abierto una amplia polémica en medios y redes sociales. La presencia en Chile del cantante nacido hace 24 años en Jalisco, cuyos «corridos tumbados» fusionan la música regional mexicana (banda, corrido) con otros sonidos urbanos (trap, electrónica), equivale, según Mayol, a una irresponsable promoción de la narcocultura por parte de quienes organizan el festival, en tanto sus canciones representarían una apología a la violencia del narcotráfico y el crimen organizado. Si las autoridades involucradas en el gran espectáculo de la Quinta Vergara (Municipio de Viña del Mar, TVN y otras) fomentan esta «gran alianza público-privada» de promoción del delito es porque, según la columna citada, nadie está dispuesto a poner en jaque sus intereses creados en torno al nicho electoral juvenil.

Si bien no compartimos el diagnóstico alarmista ni la solución que deja entrever Mayol, desde el Núcleo Milenio en Culturas Musicales y Sonoras (CMUS) valoramos la apertura de la discusión en torno a estas temáticas. Nos parece necesario, en primera instancia, desenredar la multiplicidad de hilos argumentativos que se superponen tanto en la citada columna como en las opiniones públicas que han surgido a propósito de ella. Surgen preguntas incisivas sobre cultura y sociedad, en cuyo debate todos podemos participar: ¿en qué sentidos podemos cuestionar la legitimidad de Peso Pluma y su participación en el Festival de Viña?; ¿qué sesgos y limitaciones predominan en la recepción de esta cultura popular por parte de sectores conservadores y/o ilustrados?; ¿qué caminos alternativos a la cancelación podemos visualizar ante productos culturales difíciles, polémicos y complejos?

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Una primera fuente de críticas a la obra y figura de Peso Pluma apunta al contenido de su música, y específicamente, a las referencias de sus letras. Las canciones del artista mexicano convocan imágenes elocuentes en torno al tráfico y consumo de drogas, el uso de armas, la cultura de la violencia, la sexualización de las mujeres, y el lujo y los excesos como estilo de vida. Y es más que legítimo repudiar la proliferación de estas problemáticas sociales, pero otra cosa es asumir la continuidad irreflexiva entre ellas y los productos culturales que las abordan. Mayol es enfático en señalar que las letras de Peso Pluma «no guardan nada. No admiten misterios. No son metafóricas». Desconoce con ello la capacidad de las artes de mediar y reelaborar lo social, y la agencia de los creadores para transitar productivamente entre ficción y realidad, entre arte y vida. La historia completa de la canción popular muestra ejemplos de aquello. En América Latina, de hecho, existe una vasta genealogía de producciones musicales que han narrado desde diferentes ángulos las complejas condiciones de vida del mundo popular, muchas de las cuales retratan escenas y realidades que de seguro habrán resultado escandalosas para la moralidad de la época. En México, de hecho, los narcotumbados encuentran antecedentes en los narcocorridos, y éstos a su vez en los corridos revolucionarios [MONEDERO y LÓPEZ 2023]: de haber suprimido estas expresiones, no contaríamos hoy con valiosas piezas de referencia desde un punto de vista tanto histórico como artístico. 

Por Carla Pinochet, Departamento de Antrología y Laura Jordán, Musicóloga

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