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Psicóloga Francisca Pérez: “Se está modificando la experiencia de maternidad y paternidad”

Las restricciones sociales y de confinamiento impuestas por las autoridades sanitarias están afectando también a los servicios de neonatología de hospitales y servicios públicos. La Facultad de Psicología de la UAH y su Programa de Intervención en Vínculos Tempranos busca – en este contexto – brindar una ayuda de contención a padres y madres gestantes que, en algunos casos, son separados de los recién nacidos por el avance del Covid-19.

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Por: Italo Cicardini O.

Francisca Pérez, académica e investigadora de la Facultad de Psicología UAH.

Durante la pandemia, las principales medidas para frenar el avance del coronavirus han sido el confinamiento y el aislamiento social, lo que ha significado una modificación radical en nuestro estilo de vida: nuevas restricciones han dado origen a nuevas necesidades y han permitido visibilizar también espacios para avanzar en la ciencia y en el desarrollo humano. Es el caso de los Vínculos Tempranos o la importancia del apego en las  primeras horas vida de un recién nacido con sus padres. Desde 1948 que la OMS investiga estos vínculos, lo que ha permitido a organizaciones sociales y académicas de todo el mundo indagar acerca de la teoría del apego y poner en práctica acciones de contención. “El confinamiento puede resultar muy agobiante, por lo que las relaciones intrafamiliares pueden tensarse, con un impacto directo en el vínculo con el bebé”, comenta la psicóloga y una de la coordinadoras del Programa de Intervención en Vínculos Temprano de la UAH, Francisca Pérez.

El Programa de Intervención en Vínculos Tempranos (PiVT) de la UAH, ofrece – desde hace 10 años – a la comunidad una serie de ayudas en el contexto de la emergencia sanitaria. Se trata de intervenciones especializadas que se llevan a cabo por miembros del equipo del PiVT conformado por académicas y psicólogas que se han formado en el programa a lo largo de los años y que son totalmente gratuitas para los usuarios de los servicios públicos, tanto como padres y madres, como para profesionales de la salud. “Nos hemos puesto en contacto principalmente con unidades de ginecología y obstetricia y de neonatología de diferentes hospitales, en los que se han visto sobrepasados por el escenario actual”, dice la coordinadora Francisca Pérez.

¿Qué llegada han tenido en los servicios de salud? ¿Puede considerarse este apoyo como prioritario considerando el contexto de pandemia?

Nuestra iniciativa surge hace aproximadamente un mes, al conocer la realidad de muchas gestantes que se estaban enfrentando con mucha angustia y ansiedad al momento del parto, lo que sin duda tiene un efecto negativo, así como la desgarradora experiencia de muchas madres contagiadas que fueron separadas de sus bebés al nacer. Nos pareció fundamental poder brindar apoyo a esas futuras madres y padres, en tiempos donde las redes de apoyo más naturales se ven restringidas. Nos hemos puesto en contacto principalmente con unidades de ginecología y obstetricia y de neonatología de diferentes hospitales, en los que se han visto sobrepasados por el escenario actual. Nuestro objetivo es apoyar a los equipos de salud perinatal en lo que es nuestra especialidad, la atención psicológica en vínculos tempranos, tema al que nos llevamos dedicando más de diez años en la Facultad de Psicología.

¿Cuánta importancia cobra el trabajo de los vínculos temprano en pandemia? ¿Resulta el distanciamiento social un factor perjudicial para padres y madres?

Habitualmente la llegada de un bebé implica mucha expectación no sólo de parte de los futuros padres, sino que, muchas veces de la familia, que juega un rol importante en la vida de las personas. Actualmente esa red de apoyo está siendo restringida, lo que está modificando la experiencia familiar, específicamente la experiencia de maternidad y paternidad. El confinamiento obliga a mujeres y hombres por igual a quedarse en sus casas, lo que para muchas parejas ha significado un “postnatal compartido”, el que puede ser vivido como una gran oportunidad. Hay tiempo para conocer al recién nacido, acompañarse y sostenerse durante el puerperio. Sin embargo, para otras parejas el confinamiento pueden resultar muy agobiantes, por lo que las relaciones intrafamiliares pueden tensarse, con un impacto directo en el vínculo con el bebé. En este segundo escenario es donde creemos que el acompañamiento psicológico y el trabajo en vínculos tempranos tiene un rol muy importante en la vida de las familias, ya que por un lado permite ir despejando los miedos y tensiones que hayan aparecido entre los nuevos padres, así como ir modificando modelos relacionales disfuncionales. El restablecimiento de la seguridad en la identidad permitirá a los nuevos padres desplegar así sus competencias parentales.

¿Qué efectos logra el trabajo de contención y apoyo? Es un escenario complejo, considerando la tensión y el estrés que se vive en los servicios de neonatología…

Son múltiples los estresores a los que se están enfrentando, entre ellos: la falta de experiencia frente a un escenario de estas características, por lo tanto la falta de protocolos y enorme incertidumbre; la posibilidad de contagio intrahospitalario, especialmente la necesidad de proteger a los recién nacidos, pero también la preocupación por las compañeras y compañeros del equipo de salud; ser un vector con las implicancias que eso significa para la propia vida familiar. Dado que los equipos de salud perinatal tienen un rol clave en la salud física y mental durante el comienzo de la vida familiar, desde los controles perinatales, el acompañamiento durante el trabajo de parto, el parto, el puerperio y los controles de niño sano, es muy importante que los profesionales adopten medidas de autocuidado durante este período. Los altos niveles de estrés a los que están sometidos pueden incidir negativamente en la atención. El trabajo de contención emocional tiene por objetivo identificar las tensiones y malestar por el que puedan estar pasando los profesionales, la validación de la experiencia emocional y el desarrollo de estrategias de autorregulación. El efecto de este trabajo es la disminución de los niveles de estrés, el restablecimiento de la capacidad de pensar con claridad y actuar en consecuencia y el aumento de los niveles de seguridad.

¿Es necesaria una política pública que pueda complementar el trabajo de vínculos tempranos? ¿Qué experiencias exitosas hay en el extranjero?

Se hace necesario pasar de un modelo reactivo, en el que se responde ante la emergencia a un modelo más reflexivo, en el que se contemple la experiencia nacional e internacional, así como las voces de actores claves. En España, el mes pasado el Ministerio de Sanidad realizó una revisión al protocolo de atención al parto, siguiendo los lineamientos de la OMS, permitiendo que la gestante sea acompañada en el parto. La recomendación es siempre que sea posible evitar la separación de la madre y su recién nacido, favorecer el alojamiento conjunto de ambos en régimen de aislamiento, junto a un acompañante de su elección, si fuera posible.

En Chile aún no contamos con un protocolo oficial, pero sí hay una serie de recomendaciones de distintas sociedades profesionales; cada centro de salud ha ido manejando sus casos con sus propios criterios. En muchos casos se ha separado a la madre contagiada sintomática de su recién nacido durante 14 días, el bebé ha quedado hospitalizado en neonatología y la madre ha tenido que hacer cuarentena. Frente a este escenario es que representantes de distintas organizaciones de salud mental y salud mental infantil han enfatizado los efectos psíquicos que puede tener esta separación tanto en el bebé, la madre y el vínculo entre ambos. Necesitamos contar con un protocolo que estandarice la atención a gestantes Covid-19 positivo, considerando los lineamientos de la OMS, para poder disminuir los niveles de incertidumbre y angustia tanto de las madres y los equipos de salud.

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