Griceld Antipil representa a la primera generación de su familia en entrar a la Universidad. Originaria de Villa Alemana, siempre ha estado vinculada a los desafíos de la Región de Valparaíso. Al recordar su paso por el pregrado UAH, recuerda el valor de haber estudiado con una visión humana de la geografía, una vinculada a los territorios y a las problemáticas sociales.
—Al trabajar desde la Región de Valparaíso, en contacto con los territorios y las comunidades, ¿cuáles son las demandas más relevantes que han surgido desde esos espacios?
La descentralización es clave porque, por ejemplo, en Valparaíso hay solo cuatro camas disponibles en la especialidad de salud mental para niñez. Esa es una necesidad sentida en el territorio, pero si no se articula con la Región Metropolitana, es muy difícil levantar esa necesidad.
—Y en tu experiencia de trabajo a nivel nacional, ¿qué situaciones pudiste evidenciar?
Cuando trabajé en América Solidaria tenía a cargo proyectos en Valparaíso, en la Región Metropolitana, en Puerto Montt y otros proyectos en Ñuble. La sensación es muy compleja, porque en la Región de Valparaíso hay ciertas oportunidades debido a que está cerca de la capital, pero cuando trabajas en Ñuble, o en Fresia, Región de Los Lagos, te das cuenta que las organizaciones están súper abandonadas, con problemas muy complejos. En ese momento trabajaba con niñez y discapacidad, entonces la red era súper débil, la sociedad civil trataba de hacer lo que se podía y había muy poca oferta de servicios públicos. Eso genera mucha desesperanza en ciertos momentos.
—Enfrentada a estas realidades, ¿nos podrías comentar algún ejemplo donde tu trabajo impactó en la comunidad?
Es difícil medir el impacto pero sí recuerdo en concreto, por ejemplo, cuando trabajé en el Servicio Jesuita Migrantes creando la oficina en Valparaíso. Me tocó crear el modelo social y de intervención de la oficina. El objetivo era que las trayectorias de las personas tuvieran mayor inclusión en la sociedad: pensar cómo logran vincularse con redes, si logran acceder a ciertos servicios básicos, si logran realizar trámites de migración. Entonces creamos un modelo que permitió que las familias pasaran de tener pocas a muchas redes. Y por otro lado, fortalecimos la red migrante en la región. En Valparaíso no existen muchas organizaciones migrantes, entonces la oficina del SJM permitió articular todos los espacios que existían. Hicimos un trabajo muy articulado.
—¿Por qué recomendarías estudiar Geografía en la UAH?
Porque es una carrera que tiene una conexión con dos mundos: las tecnologías de la información y su vinculación con lo social, con las políticas públicas y con la gestión. Recomendaría este sello porque te permite desarrollar acciones en los territorios, exploraciones, gestionar proyectos en un lugar, trabajar colaborativamente y generar soluciones concretas.
—¿Recuerdas ciertos hitos que marcaron tu paso por la UAH?
Recuerdo el trabajo que realizamos en Arica con la comunidad migrante. Trabajamos en un campamento, levantando necesidades respecto a zonas de riesgos. Nosotros identificamos esos sectores y el documento final fue muy valioso para la comunidad. También estuvimos en Quidico, Tirúa, levantando proyectos de encadenamiento productivo con familias que habían perdido todo con el maremoto de 2010. También recuerdo mucho el trabajo realizado con juntas de vecinos en La Florida con metodologías participativas para ordenar el formato de trabajo que ellos tenían. Aprendí mucho de gestión organizacional y de a poco fui profundizando más en esa línea.
También me marcó la participación en la conformación de un centro de estudiantes de la carrera, las movilizaciones sociales y el trabajo colectivo. Eso formó mi personalidad. Hay carreras donde todo se trabaja de forma individual, pero en la UAH se suele trabajar de forma colaborativa, y eso expandió mi mirada profesional.
—Al terminar el pregrado, continuaste tus estudios en la UAH, realizando el Diplomado en Desarrollo y Pobreza, y luego el Magíster en Gobierno y Sociedad. ¿En qué sentido estos programas continúan aportando a tu formación profesional?
Ha sido una muy buena experiencia, una oportunidad para conectar los saberes que he adquirido desde el pregrado. Por mi trabajo, me he involucrado mucho en políticas públicas, en todo lo que tiene que ver con gestión, gobernanza, gestión directiva, cómo estructurar una política pública, un servicio desde la cultura educacional. En ese sentido, me ha permitido fortalecer mis habilidades en gestión. Además, en mi trabajo buscamos generar cambios en dos líneas: políticas públicas y fortalecimiento de las organizaciones.