Fuente: La Segunda
La escasez docente es un tema debatido, de explicación multifactorial y en evolución. No se trata solo de una problemática nacional, sino de un fenómeno global. El recorrido por datos recientes (Encuesta Prueba END Complementaria, Talis, y otras) y por literatura especializada confirma que comprender quiénes son las y los nuevos docentes que ingresan al sistema es tarea ineludible, pues en las nuevas generaciones y su contexto está buena parte del problema, pero también de la solución a la escasez.
Entre los factores que alimentan la escasez docente, destaca la baja matrícula en carreras de pedagogía y la deserción temprana de quienes ya ejercen. Las motivaciones iniciales son débiles: pocos jóvenes declaran haber sido alentados a ser profesores y, en muchos casos, no asocian la docencia con condiciones profesionales atractivas.
Hay, sin embargo, señales alentadoras. Muchos estudiantes de pedagogía expresan vocación por trabajar en la educación pública y en contextos de mayor complejidad social, especialmente las mujeres. Además, sus expectativas salariales se ajustan de manera realista a la carrera docente, lo que refleja cierta confianza en el sistema.
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