Relato 38: “Amores imaginarios”

Una taza de café en el atardecer, en un local de Santiago, me trajo reminiscencias de los mejores momentos de atardeceres románticos, tanto de películas, como aquellos vividos. Me pregunté: ¿Cuál de todos mis amores fue el más dulce como aquella taza que bebía?

Luego de un momento posé mi vista en el ventanal. Un conjunto de personas a tropel cruzaba la calle, uno de ellos entró a la cafetería pidiendo un late. Era un hombre de voz potente, barba poblada y unos lindos labios. Comencé a pensar: ¿Qué pasaría si en aquel momento iniciará una nueva historia?. La nuestra.

Luis Miranda Trujillo, Bachillerato en Humanidades