Durante esta etapa de lanzamiento de nuestro nuevo sitio web, escríbenos tus dudas, consultas o comentarios al WhatsApp +569 3455 2723.

Mi experiencia laboral en el año de la pandemia

Por María José Pérez Ramos, Consejera Académica y Estudiante de Pedagogía en Biología y CCNN
Especialidad en Indagación Científica Escolar, UAH.

  • Compartir
  • Facebook
  • Twitter
  • Linkedin
  • Whatsapp

Como estudiante de quinto año de Pedagogía en Biología y Ciencias Naturales, 2020 sería el año en que desarrollaría mi práctica profesional en un colegio asignado por mi carrera, con alumnos de enseñanza media y acompañando el trabajo docente de una profesora guía. El escenario de pandemia hizo que los planes cambiaran radicalmente. En vez de una sala, tuve que adaptarme rápidamente a una nueva manera de comunicarme con las y los estudiantes, a aprender más sobre tecnología y aplicaciones para cumplir con una de las actividades claves en mi formación docente: la experiencia laboral. El inicio no fue sencillo. No contaba con internet en mi casa, y mi único canal era mi celular. Pero gracias a la universidad conseguí un préstamo de Tablet y de chip para tener acceso.

Así, a fines de abril comencé a trabajar en un colegio cuyo foco es el aprendizaje basado en proyectos. Un establecimiento con muchos recursos y facilidades para que los estudiantes accedieran a las clases. Una ventaja que agradezco y que sirvió mucho para mi inserción. Eran 16 alumnos de tercero y cuarto medio de un electivo llamado Cuerpo humano y salud, nueva propuesta curricular para la difusión de las ciencias.

Antes de iniciar mi práctica no conocía tantas aplicaciones. Pero con esta nueva situación me propuse hacer un recorrido bibliográfico para hacer presentaciones didácticas y cercanas a mis alumnos.Dediqué bastante tiempo a mirar videos por Youtube, por Tik Tok, Canvas y otros programas. En biología hay prácticas en que uno puede dialogar. Pero hay otras en que el estudiante tiene que meter las manos al agua, tocar la tierra, oler y eso lo dificulta vía zoom u otra plataforma.

Una diferencia grande entre la educación presencial y la virtual, es que en el aula real uno puede cerciorarse de que cada estudiante vaya avanzando en su progresión y ver en qué momento se detuvo para poder acompañarlo. Por zoom, el proceso es distinto. No todos prendían la cámara y los estudiantes podían decidir cuándo activarla. Aunque, durante las evaluaciones siempre estaban prendidas. Descubrí también aplicaciones para ver el avance de cada estudiante, y el proceso global del curso.

En la experiencia de aula siempre existe esa tensión de buscar este espacio de formación para el docente. Y para ello, contamos con estrategias desarrolladas en los años de estudio. En el aula virtual es un poco más complicado, puede fallar todo y no tenemos herramientas para enfrentarnos a eso. El papel que cumplió mi profesora guía fue fundamental. Ella hizo clases en mi carrera, por lo que resultó muy fácil la conversación, y el ponernos de acuerdo. Siempre mis ideas fueron escuchadas con críticas constructivas, de modo de beneficiar mi práctica y también el aprendizaje de las y los estudiantes. Ellas y ellos fueron muy asertivos y colaboradores, subían información a Google Classroom, armaban blogs para publicar dudas y reflexionar. La tecnología sirvió para reforzar la alfabetización científica dentro del proceso de enseñanza y aprendizaje de las ciencias. Esta facilidad que entrega lo virtual, permite que las y los estudiantes se sientan involucrados en todo el proceso.

En estos meses, me di cuenta de lo importante que es tener mayor paciencia, y aprender a manejar la frustración, a sobreponerse a las distracciones. Ahora que comencé a realizar mi tesis, tengo mucha claridad sobre el primero de los pasos que tuve que dar para avanzar en esta etapa. Matar al anti profe que hay dentro de mí, en muchos de mis compañeros y futuros colegas. Siempre, mientras somos estudiantes, nos quejamos de que hay mucho trabajo, que no alcanza el tiempo y porque tampoco hemos terminado de personificar en lo que nos vamos a convertir el día de mañana. Antes de terminar la práctica y antes que me dieran la nota, terminé de matar el anti profe. Sé que estoy a punto de ser profesora, algo que siempre quise. Sé que no puedo flaquear, y tengo que eliminar todas las actitudes negativas y de flojera. Significa ponerme al día, repasar y leer de manera constante. Significa también sacarme el traje de estudiante y vestirme de la docente que estoy formando. Creo que ahí está la clave.

Noticias Relacionadas