PLATAFORMAS
ACCESOS RÁPIDOS
BOLETAS ELECTRÓNICAS
Durante esta etapa de lanzamiento de nuestro nuevo sitio web, escríbenos tus dudas, consultas o comentarios al WhatsApp +569 3455 2723.
En un ensayo para Revista Anfibia, el escritor, académico y director del Doctorado en Estudios Mediales UAH, Fernando Pérez Villalón, analiza el fenómeno “Raúl Ruiz” y explica por qué su obra es, ante todo, una escuela de la escucha y la mirada.
Fuente: Revista Anfibia
(…)
¿Por dónde empezar? Esta sobreabundancia de películas y libros puede intimidar a quienes no han entrado a la obra de Ruiz. Mi selección para una primera entrada a su cine sería la siguiente: Tres tristes tigres o Palomita blanca para conocer su cine chileno de antes del exilio, La hipótesis del cuadro robado o El techo de la ballena para conocer su cine francés más experimental (aunque también podría ser alguno de sus numerosos cortometrajes de esa época, como El regreso del amateur de bibliotecas). De entre las películas europeas más convencionales dentro de su rareza, mis favoritas serían La comedia de la inocencia y Misterios de Lisboa. De sus películas chilenas tardías, la miniserie Cofralandes o su último filme en vida La noche de enfrente.
Las películas de Ruiz ponen a prueba nuestra paciencia y desestabilizan nuestros hábitos de espectadores. Nos desorientan y confunden, algunas parecen deliberadamente aburridas o difíciles. Las mejores de entre ellas son magistrales y deslumbrantes, pero entre sus más de cien películas hay algunas claramente fallidas o menos logradas. ¿Vale la pena, entonces, hacer el esfuerzo? Para mí el cine de Ruiz es sobre todo una escuela de la escucha y la mirada: su cine mira la realidad de mil maneras distintas, nos saca del automatismo de un modo de mirar aprendido de las películas de Hollywood y las series de Netflix. Pone otras cosas en primer plano, compone la imagen de otro modo, cuenta historias que no calzan con los moldes habituales, se detiene en modos de hablar y comportarse que no son los típicos que vemos en el cine. Es, en esto, un cine profundamente político, porque se resiste a la imposición de una manera única de entender la realidad. Es un cine que nos invita a pensar, que no nos da todo digerido sino que nos obliga a rellenar los espacios en blanco: Ruiz quería que sus películas fueran imágenes que activan otras imágenes en nuestra memoria e imaginación, películas que desencadenan reacciones atómicas en nuestras mentes y despiertan en nosotros otras películas potenciales.
Fernando Pérez, director del Doctorado en Estudios Mediales UAH.
Oriana Bernasconi destaca en podcast internacional sobre sociología
Comienza el Nivel Avanzado de la Estrategia de Formación Sindical 2024 en Magallanes y en la RM
“Mi hijo, un mundo por descubrir”: cómo acompañar y entender a los niños y adolescentes en cada etapa de la vida