Fuente: Reporte Sostenible
Vivimos un momento crucial y debemos tomar decisiones que serán claves para el futuro de nuestro país. Post pandemia y estallido social, la crisis climática se ha tomado la agenda social: las olas de calor, los incendios, la sequía, entre otras tantas, nos hacen ser mucho más conscientes de cómo nuestras decisiones hoy repercutirán en el escenario futuro.
Nuestras decisiones son lo único que finalmente existe, son una señal clara de que salimos de la palabra y pasamos a la acción concreta.
Sin duda una parte importante de esas decisiones están en nuestro modelo de desarrollo y dentro de esas el cómo se fomenta el crecimiento y la inversión. En el contexto de CESCO Week 2024, los focos estuvieron puestos en la minería, en la explotación de nuestros recursos, riquezas que muchos señalan como minerales críticos por su contribución al desarrollo de tecnologías que ayuden a mitigar la crisis climática y que podrían ser claves en nuestra estrategia de desarrollo país. Hoy más que nunca necesitamos que la minería sea más bien motor de desarrollo sostenible que el sueldo de Chile.
Hace poco una columna del investigador César Hidalgo, hablaba sobre el crecimiento a dos patas, una de los recursos naturales y la otra del conocimiento. En otra columna reciente, Eduardo Bitrán señalaba que desde el 2009 se sabía que el crecimiento basado principalmente en recursos naturales tenía límites, dando cuenta desde hace mucho tiempo sobre la necesidad de diversificar la economía e incorporar más conocimiento.
Los desafíos ambientales de la minería son una oportunidad para poner a prueba nuestra capacidad de generar un hábitat para el conocimiento y responder a ellos. Para eso necesitamos fortalecer el pensamiento crítico, aumentar significativamente la inversión en I+D, los vínculos con grandes centros tecnológicos internacionales y el rol de las universidades y el emprendimiento en estos procesos.
Nancy Pérez, directora de Proyectos y Desarrollo, Facultad de Ingeniería, Universidad Alberto Hurtado.